Instantáneas de California: comiendo como si cada día fuera el Día de Acción de Gracias

Después de sumergirnos a plomo en el ambiente hipster, ya sea recorriendo Mission (según la revista Forbes, el lugar más hispter de EEUU junto a Silver Lake en Los Ángeles y Williamsburg en Brooklyn) o visitando los lugares sacrosantos de la generación beat (los hipster adoran a esos iconos de la contracultura, así como también leen revistas underground como Vice, Another Magazine o Wallpaper), después de sumergirnos en todo eso, digo, de empaparnos hasta la médula de lo modernillo, lo gafapasta y lo vintage, era momento de cambiar de aires. A lo bestia.

Los hipsters, como recordaréis de mi visita a Mission Cheese, son gourmets de lo verde, de lo vegetariano, de los cultivos locales y naturales y de los supermercados cool y superguay de comida orgánica tipo Whole Foods, así que para lavarnos un poco el alma debíamos enlodazar el estómago en una comida diametralmente opuesta. Típicamente americana. Típicamente redneck. Típicamente festiva, hipercalórica, hiperglucémica y hasta los topes de colesterol del malo.

Es decir: tocaba cenar en Tomy´s Joynt, el dinner donde cada día es Acción de Gracias.

Un lugar, naturalmente, donde además de comer lo que se suele deglutir en dicha festividad (grasiento pavo relleno), también evitan que en su jukebox suene música indie, tipo The Black Keys, Belle and Sebastian o Grizzly Bear. Aquí suena, mayormente, rock sureño. Como el de ZZTop y sus matusalénicas barbas.

Descubrimos este dinner gracias al inefable Guy Fieri, como de costumbre, en su mítico programa de Food Network Diners, Drive-ins and Dives. Su nombre: Tomy´s Joynt.

El lugar os resultará inconfundible a cientos de metros de distancia, pues su frontispicio es un homenaje al horror vacui festoneado por un enorme letrero de neón. Al estilo de los prostíbulos de carretera o la Teta Enrocasda (Titty Twister) de Abierto hasta el amanecer (From Dusk Till Dawn).

El local es ciertamente acogedor, sobre todo si vais a cenar y ya ha anochecido. Todo está tenuemente iluminado, hay tropecientas velas gordas rezumando cera caliente, las paredes remedan palimpsestos de letreros, pegatinas, afiches, ofertas para comer o beber y demás. En una pared, también, localizamos el graffiti que estampa Fieri en cada local que visita, certifica y recomienda: algo así como un sello de calidad.

Tomy´s Joynt es un self service: tú pides lo que quieres señalándoselo al camarero en la vitrina. Él te sirve lo que quieras, como quieras, combinado de la manera más aberrante que su salud cardiovascular te permita.

Yo pedí una pierna enorme de pavo bañada en gravy y acompañado del relleno típico del Día de Acción de Gracias.

Y como las fotos, en este particular, suelen ser más elocuentes que las palabras, ahí va una buena ristra. Me está entrando hambre…

En Diario del Viajero | Todas las entregas de Instantáneas de California Fotos | Sergio Parra

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