Inauguramos el espacio reservado a nuestros lectores, para que seáis vosotros los protagonistas y nos contéis vuestro viaje. Abrimos el fuego con un lector fiel y muy activo en Diario del Viajero: el Negro Vikingo que nos deja aquí algunas de sus impresiones de su viaje a Nueva York.
Todo viaje tiene su principio, y el mío lo tiene en New York. La primera ciudad del país que me acogería durante mi larga estancia de 2 meses para conocer aquella tierra que algunos tanto adoran, y otros tanto odian. El primer pensamiento que me ronda por la cabeza es el de “El mito es verdad, todo es XXXL”. La primera sensación, la de intimidación… tanto control policial impone, sobre todo después de que me hayan cacheado en Suiza. Pero no pienso dejar que ese panorama tergiverse mi opinión sobre el viaje y mis ánimos.
Una vez superados con éxito los controles policiales me recibe la majestuosa T4 del JFK. El viaje hasta el hostal lo hacemos en taxi. Se hizo ameno e interesante. Observar los típicos edificios neoyorkinos te hace sentirte como estar dentro de una película. New York es una ciudad con mucho que ofrecer, y yo os contaré algunas de las cosas que me ofreció. Con tanto donde elegir, nuestra primera elección fue Central Park. Creo que con simples datos como 4km de largo por 800m de ancho nos haréis a la idea de su magnitud. Es un buen lugar para empezar a conocer la cultura americana: Beisbol, hot dogs, pretzels,… y ver a lo lejos esos enormes rascacielos que tanta fama dan a esta ciudad.
Adentrándonos en las calles de la gran manzana, la ajetreada vida de los neoyorkinos se deja ver. Gente con prisa, sin mirarse unos a otros pensando en negocios que cerrar o cosas que comprar. Llegamos a la calle 42 con la 5ª Avenida, a dos manzanas se asoma Times Square, en Broadway con la 7ª Avenida; un circo de luces, anuncios, negocios y gente, sobre todo gente.
Por suerte para los peatones muchas de las zonas de Times Square son peatonales. Por la noche los matices que caracterizan este lugar se hacen notar más.
Las grandes multinacionales tienen sus anuncios en esta calle, y puede que también sus tiendas, como Toys ‘R Us. Los juguetes no son sólo para los niños, sino entrad y os daréis cuenta de lo rápido que os maravilláis con las instalaciones de la tienda. Otra visita recomendada es la tienda de M&M’s donde millares de estos dulces te esperan en todos los colores posibles.
Aprovechamos otro día para bajar a la zona sur de la Gran Manzana y visitar el World Trade Center, que a día de hoy no ofrece nada interesante que ver ya que se encuentra todo en obras. En la zona sur también se encuentra Wall Street, donde encontramos la Iglesia de la Trinidad, la Bolsa de New York y una estatua del expresidente Washington entre otros. Los hombres de negocios son más habituales en esta zona. Mujeres y hombres con elegantes trajes comiendo de sus taperwares en parques, chóferes esperando en las puertas de los altos edificios, es de las muchas cosas que te puedes encontrar en esta zona.
Si vamos más al sur aún, nos encontramos con Battery Park, el final de los rascacielos, el mar y la majestuosa Estatua de la Libertad al fondo. Esta zona cuenta con monumentos a los caídos en guerra, un pequeño castillo desde donde se coge el ferry hasta Liberty Island, donde estarás a los pies de la gran dama; y la terminal de ferry para Staten Island entre otros. Este ferry es gratuito y te ofrece unas bonitas vistas de Manhattan desde el mar y también pasa bastante cerca de la Estatua de la Libertad.
La verdad es que la sensación de libertad estando en el mar viene de perlas después de 5 días entre edificios de cientos de metros de alto. Está claro que New York es mucho más que todo esto, pero es imposible contarlo todo. Mi consejo para disfrutar bien de la ciudad es que si tienes oportunidad de relacionarte con sus gentes, compartir experiencias con ellos, e ir a los sitios donde suelen ir, no lo dudes. Ir de turista está bien, pero lo mejor es vivir la ciudad como uno de ellos.
El Negro Vikingo
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