No lo dudes y cómprate una bolsita para probar esta fruta que sólo podrás comer en Bolivia: el achachairú. Son pequeños, un poco mas grande que una lima pero con la piel mas gruesa, con forma de huevo, su color pardo anaranjado se va volviendo oscuro cuando madura, y es poco perfumada. Si quieres comer como la gente del lugar, abre la piel con la uña y verás una pulpa blanca y esponjosa que envuelve una semilla en su interior (parecida a un grano de café) que puede ir acompañada por un par mas pequeñas. La carne tierna te sorprenderá (a medida que vas mordiendo la pulpa te irás deshaciendo de las semillas) y entenderás por qué los bolivianos están tan orgullosos del achachiarú. Esta es una de las frutas que crecen en Latinoamérica y que en los últimos tiempos están recibiendo especial atención por sus cualidades alimenticias y medicinales.
Desde tiempos inmemoriales, la cáscara del achachairú se utiliza como cicatrizante y para borrar manchas de la piel. Esa misma cáscara se procesa para elaborar una exquisita miel de finísima calidad con la que se bañan dulces típicos. Su sabor es dulce con algo ácido (parecido a un melón verde, o al lichi) lo cual hace que sea refrescante en la boca.
En las ciudades y pueblos encontrarás refrescos, helados y postres de achachairú. A tu paso por Bolivia, ya tienes algo más que probar.
Foto | Export Southamerica En Diario del Viajero | El Api: la bebida típica de Bolivia