Al igual que ya lo hizo en 2008 el Guggenheim de Nueva York, el Museo Boijmans Van Beuningen de Rotterdam ha lanzado una propuesta que resulta bastante llamativa. Se trata de que una pareja pueda pasar un día en el museo y quedarse a dormir allí cuando el resto de visitantes se marchan.
Pero no dormirán en una habitación cualquiera, sino en una que forma parte de la colección temporal del museo y que ha sido diseñada por el artista belga Carsten Höller. Esta obra se titula Revolving Hotel Room y consiste en cuatro discos giratorios de cristal entre los cuales se reparten una cama, un armario y un escritorio con sillas. Es una lujosa habitación de hotel pero cuyas distintas partes van girando muy lentamente.
Podrán visitar las instalaciones del museo acompañados por un mayordomo privado y, cómo no, dispondrán de servicio de habitaciones, baño y un minibar bien equipado. Pero esta noche tan especial dejará de serlo cuando a las 11 de la mañana la pareja se vea rodeada por los visitantes del Boijmans Van Beuningen, ya que a esta hora el Revolving Hotel Room pasará nuevamente a formar parte de la exposición.
El mayordomo, que estará todo el tiempo a disposición de los dos huéspedes, se encargará de llevarles la cena y el desayuno a la cama, así como tentempiés nocturnos si lo desean.
Para muchos, dormir aquí, en uno de los museos más importantes de Europa, es un sueño hecho realidad. Y lo exclusivo de la propuesta ha hecho que, a pesar de que todavía continúen llegando visitantes a pasar la noche hasta el 25 de abril, las plazas se hayan agotado con mucha rapidez.
Obviamente, todo tiene su precio. Por mi parte, sin negar que me parezca una idea muy tentadora, no creo que pudiera pagar por ello (las tarifas estaban entre los 275 y los 450 euros por noche).
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