Sfax es la segunda ciudad más poblada de Túnez y cuenta con una fuerte economía centrada en el fosfato y la prensa del aceite que le da un olor especial a la ciudad.
Como es obvio, a primera vista, la ciudad “Pepino” no resulta demasiado vistosa y halagüeña para el turista. Sin embargo, esconde uno de los mejores secretos guardados del país. Y, sin duda alguna, es su medina. Lejos de las turísticas medinas de Túnez, Sousse o Hamammett, la medina de Sfax es un retrato viviente de un espacio de comercio y ocio en la Túnez actual. Aquí no se venden artículos dedicados al turismo, aquí la gente va a comprar los productos del día a día y, en cada calle, en cada esquina se palpa la realidad de una ciudad viva y en continuo movimento.
La medina de Sfax es un buen ejemplo para tomar conciencia de cómo vive una ciudad trabajadora tunecina en el siglo XXI en consonancia con su pasado histórico. Todavía conserva sus murallas intactas que dividen perfectamente la atmósfera de la nueva y vieja ciudad.
Una calle para los herreros, otra para ropa, otra de especies, un mercado para el pescado, otra calle para afiladeros y así se pasa la tarde, merodeando por la mezquita y tomando algún té o dándole a la chicha en uno de sus bares.
La estación de tren se halla a tan sólo 5 minutos a pie de la muralla que divide la medina. Los hostales baratos se encuentran en la primera calle de la medina a la derecha. Esta buena comunicación hacen de Sfax una buena parada, ya sea por unas horas antes de tomar el siguiente tren o para pasar una noche.
En las guías no aparece ningún lugar para acceder internet pero Diaro del Viajero lo ha encontrado. Saliendo de la medina por la puerta del Bab El Kasba hay que bajar un par de calles y girar a la derecha. El Internet café, Publinet, se halla en el primer piso de unos almacenes. La conexión, como en el resto del país, es lamentable, pero bueno, tras una hora es posible mandar un email o, ¡incluso dos!
Más información | Oficina Nacional de Turismo de Túnez