Dicen que allí donde vayamos debemos probar las costumbres locales para volver con un verdadero conocimiento del lugar. Y una de las formas más "amigables" y agradecidas de conocer un país es a través de su mesa.
Hace poco hablamos de cómo comer queso francés en Francia tratando de hacer un buen papel en caso que nos invitaran a alguna casa a compartir una comida cotidiana a nuestro paso por tierras galas.
Pues bien, a pesar de toda la mala fama que tiene la gastronomía inglesa, hay algo que los pinta de cuerpo entero, un rito con sus normas no escritas, sus especialidades y protocolo al más puro british style: tomar el té.
Encuentro en nuestro blog amigo Directo al Paladar dos posts que nos ilustran sobre dos secretos de la ceremonia del té inglés: el té propiamente dicho y el servicio.
Pepekitchen nos cuenta algunos detalles de la historia de esta costumbre tan inglesa, y los pasos a seguir para lograr un té perfectamente british o para apreciar la "liturgia" si nos toca ser invitados a participar de la misma.
En resumen diríamos que debemos mimar a la tetera tanto como a las hojas de té. Cuidar el agua para que mantenga la temperatura (aún volviendo a hervirla, cosa que acabo de descubrir con cierto asombro).
Podremos tomar nuestro té sólo, con un toque de limón o con leche (que no sea fría, por supuesto) sin violar ningún mandamiento.
Tendremos que hacer gala de una auténtica flema inglesa para mantener el tipo mientras se desarrollan lentamente estos pasos. Que nos olvidemos de echar el saquito de té a la taza directamente, para bañarlo de agua hirviendo. Que no.
Paciencia, que el agua y el té necesitan tiempo para conocerse y dar lo mejor de si mismos.
Directo al paladar | Té