Tiene 92 metros de longitud y 43,5 de anchura. Es decir, que esta aeronave es mucho más grande de lo que habíamos visto nunca en un avión normal. Además, es capaz de volar durante cinco días ininterrumpidamente, y aterrizar verticalmente en cualquier sitio plano (incluso sobre el agua).
Y es que la Airlander 10, cuyo vuelo inaugural tendrá lugar en Londres en unos días, no es el típico avión, sino más bien un dirigible que flota gracias al helio (aunque se impulsa con cuatro motores principales y uno para la dirección).
Su autonomía es de 3.200 kilómetros a una velocidad punta es de 148 kilómetros por hora. Viajar en ella es como hacerlo en una nube, a ritmo tranquilo, sin prisas, como los antiguos trenes pero surcando el cielo.
Por el momento, sin embargo, esta titánica aeronave tendrá solo funciones de transporte de mercancías: en su interior puede alojar hasta diez toneladas. Sus creadores ya trabajan ya en una versión más grande capaz de trasladar 50 toneladas. ¿Para cuándo una versión para pasajeros? No es una idea tan descabellada si tenemos en cuenta el proyecto del hotel-zeppelin Manned Cloud.
Vía | Gizmodo