Roma es una ciudad que esconde pequeños tesoros, y caminar por sus calles es tener la posibilidad de descubrirlos a cada paso. La historia se presenta en cada esquina y un viaje en el tiempo es posible gracias a todo ello.
Pues alguno de sus sitios especiales es la Basílica San Pietro in Vincoli , también llamada San Pedro ad víncula. En español, San Pedro Encadenado.
Dos detalles para nada menores hacen de este templo un lugar muy especial: la escultura del Moisés de Miguel Ángel y el relicario en el que se conservan las cadenas que sostuvieron a San Pedro mientras estuvo encarcelado en Jerusalén.
Así, la iglesia construida en la mitad del siglo V tuvo como finalidad el albergar justamente esas cadenas que Eudosia, hija de Teodosio el Joven y mujer de Valentiniano III, había recibido de su madre. De este modo quiso dejar en un buen sitio ese objeto de gran valor que le habían regalado.
Y ese fue el motivo por el cual se erigió la iglesia que en un principio llevó el nombre de Eudosia pero que, luego, fue bautizada tal y como se la conoce en la actualidad.
Pues los visitantes pueden encontrar, entonces, las famosas cadenas dentro de un relicario ubicado bajo el altar principal de la basílica.
La obra de Miguel Angel
Pero no caben dudas de que la mayoría de los visitantes se acercan al templo en busca de una de las obras más hermosas y perfectas de Miguel Ángel.
Se trata del Moisés que, en realidad, es parte del monumento funerario que el papa Julio II le encargó al artista. Un monumento cuyo primer proyecto incluía una estructura colosal pero que diferentes motivos, relacionados con la vida del religioso y del artista, hicieron que no se concretase como tal.
Así fue que culminar la obra le llevó casi 40 años y si bien el resultado final no era el esperado, no caben dudas de que el Moisés es una de las más maravillosas obras del artista.
De hecho él mismo la consideró su creación más realista. Pues cuenta la leyenda que al acabarlo, Miguel Ángel golpeó la rodilla derecha de la estatua y le dijo "¿Por qué no me hablas?", dado que consideraba que sólo le faltaba tener vida.
La obra se presenta con cuernos, debido a que en latín las palabras “rayo” y “cuerno” son muy similares. Además, era la única forma de representar la luz en una escultura. Sentado, con la cabeza hacia la izquierda, el pie derecho apoyado en el suelo y la pierna izquierda levantada.. El brazo izquierdo ubicado sobre el regazo y el derecho sosteniendo las tablas de la ley. Una hermosa y perfecta obra de arte que vale la pena admirar durante varios minutos.
La basílica
Sus naves, sus columnas dóricas y sus tres ábsides son algunas de las características de este templo que, a lo largo de su historia, sufrió diferentes restauraciones y reformas.
Así, algunas de las personas que llevaron adelante estos trabajos fueron el papa Adriano I, el papa Sixto IV y Julio II. También fue renovado en 1875.
Entre las obras de arte que pueden apreciarse en su interior figuran el techo panelado de la nave central con frescos de Giovanni Battista Parodi donde se aprecia el Milagro de las cadenas (1706), dos lienzos de Santa Augustina y Santa Margarita de Guercino, el monumento del cardenal Girolamo Agucchi diseñado por Domenichino y el sepulcro de Nicolás de Cusa (1464), obra de Andrea Bregno.
Fotos | María Sol Rizzo