En realidad son lugares para visitar en cualquier época del año, lo merecen por sí mismos. Pero lo que me interesa destacar aquí, ya que he podido verlos en verano y en navidad, es aquello que de especial vamos a encontrar en estos lugares parisinos al llegar estas fechas. La Île de la Cité, las Galerías Lafayette y los Jardines de Trocadéro van a ser nuestras paradas.
Elegimos la mañana para acudir a la Île de la Cité, donde nos esperan varios lugares de interés. Desde la salida de la estación de metro Cité, con su particular estilo art nouveau, hasta la Sainte-Chapelle con sus espectaculares vidirieras, pasando por la Conciergerie. Pero vamos a detenernos en dos lugares adornados de navidad.
Cómo no, la majestuosa catedral de Notre-Dame, que en navidad eleva un espectacular abeto adornado de rojo en su frente oeste, junto a la entrada principal. Foto indispensable frente al gran rosetón central y sus dos torres. Y el mercado de flores y pájaros, que, junto a la salida de metro Cité, en estas fechas se inunda de adornos navideños y plantas típicas de navidad más que de pájaros.
Dar un paseo por el colorido interior de estas casetas resguardándose un poco del gélido ambiente exterior es una delicia.
Pero de París nos podemos traer algo más que la tarjeta de memoria de nuestra cámara a rebosar. Para ello vamos a dirigirnos a las Galerías Lafayette, nuestra segunda parada del día. No encontraremos turrón, pero sí bombones o patés de todo tipo y a unos precios bastante asequibles, más baratos que en otras zonas más turísticas. Aunque no os he traído aquí sólo para comprar.
Las Galerías Lafayette constituyen un edificio estupendo, en la zona comercial del Bulevar Haussmann. Su gigantesca cúpula central acristalada y sus arcos rodeando cada planta del edificio valen la pena por sí mismos. En navidad, además, un impresionante árbol de 7 alturas, adornado de estrellas e infinidad de luces doradas, harán las delicias de cualquiera.
Pero para ver la torre emblema de la capital francesa vamos a acercarnos un poco más... Elegimos el atardecer para llegar a los jardines de Trocadéro.
Frente al Palacio de Chaillot se extienden estos espléndidos jardines con el largo estanque rectangular que hace de pieza central. Las estatuas de piedra y las fuentes lo salpican todo, y resulta una imagen espectacular cuando se ilumina por la noche. Por ello hemos venido aquí para ver cómo se encienden las fuentes.
Pero no es lo único que nos va a sorprender aquí por su luminosidad. La imponente Torre Eiffel, de la que tenemos unas vistas privilegiadas desde Trocadéro, se va a iluminar con miles de luces doradas intermitentes cada hora en punto, y durante cinco minutos. No hay que dejar pasar esta ocasión para ver la torre destellar.
Aunque el encendido de luces se lleva a cabo a todas las horas del día, evidentemente es por la noche cuando alcanza toda su espectacularidad. A partir de las 5 ya empieza a oscurecer en diciembre en París, así que no tenemos que alargar demasiado el día.
Y como el frío aprieta, vamos a resguardarnos en un café, cenar unos crepés y de regreso al hotel para descansar, que aún quedan tantos rincones por ver...