La iconografía motorizada estadounidense ha construido la leyenda de la Ruta 66, carretera abierta en 1926 que conectaba Chicago con Santa Mónica a lo largo de 3940 kilómetros. La vía sirvió para llevar inmigrantes al oeste durante la Gran Depresión y se hizo famosa gracias a un blues de finales de los cuarenta y a una serie de televisión en los sesenta. Había nacido el mito de la recta interminable. Aunque la ruta desapareció en 1985, miles de turistas se lanzan cada año buscando el sabor de road movie norteamericana.
Existe, sin embargo, otra ruta histórica menos conocida pero quizá más interesante, sobre todo para los muchos españoles que viajan cada a Estados Unidos. La Old Spanish Trail. Va desde St Agustin, en Florida, hasta San Diego en California. Atraviesa ocho estados y recorre 4.000 kilómetros. A diferencia de la R66, la OST supone un auténtico costa a costa, del Atlántico al Pacífico, y sobre todo se asienta sobre el profundo pasado español en Norteamérica.
Tras dejar atrás el Coronado Forest, al sur de Arizona están las ciudades de Tombstone y Tucson. Son nombres que recuerdan las películas sobre la conquista del Oeste. Pero para cuando John Wayne se fijó en esa epopeya, el Oeste ya lo habían conquistado los españoles con menos colts y más agallas. Tucson la fundó un irlandés al servicio de España, Hugo O´Connor, el capitán Rojo, llamado así por los indios debido al color de su pelo.