Hoy me he despertado a las cinco de la mañana. El nerviosismo de la aventura recorre mi espina dorsal. Mis sentidos se afilan, la sensación de estar alerta se hace patente. Duermo poco. Mi cerebro lo sabe. Nos vamos de viaje. Regresamos a África.
Mañana estaré en movimiento. Mañana ya no dormiré en esta cama. Mañana estaré rumbo al Sahara. Y lo haré en moto, como siempre, pero ahora retorno a los orígenes, a la carburación y al arranque a patada. Me subo en un bendito e incómodo hierro para volver a pasarlo bien pasándolo mal.
Nace Operación Sahara, la loca idea de recorrer a lomos de una BMW R50 de 1965 el recuerdo colonial español en el norte de África usando los medios de aquella interesante época, poco conocida, aunque no tan lejana en el tiempo.
Esta idea me permite continuar con esa obsesión mía por seguir los pasos de los viajeros y descubridores españoles del pasado; por rescatar personajes, gestas e historias que merecen mucho la pena. Por eso di la vuelta al mundo en moto en su Ruta Exploradores Olvidados, por eso he regresado hace pocos meses de Uzbekistán en la Ruta Embajada Samarcanda, para reencontrar el fantasma del embajador madrileño del siglo XV Rui González de Clavijo.
Durante las próximas semanas viajaré de Sidi Ifni a Dakhla para tratar de acercaros a un pasado reciente, de cuando el Sahara era una provincia española y se construían puentes entre África y Europa y los saharauis hablaban nuestro idioma. Quiero descubrir que queda en pie de aquellos días.