Las Pirámides de Egipto cumplen ya mas de 4.000 años. En aquellos tiempos, sin maquinarias de ayuda, miles de personas participaron de la ingente obra de levantar estas construcciones gigantes con sus manos.
Los enormes bloques de piedra utilizados, provienen de canteras a cientos de kilómetros del emplazamiento de las pirámides de Giza. Se sabe que desde allí fueron transportadas a través del río Nilo hacia El Cairo. ¿Pero cómo transportaron las piedras sobre la arena?
Cualquiera que haya querido arrastrar algo por la playa sobre la arena seca se habrá encontrado con un tema práctico: después de unos metros, la arena suelta se acumula delante del objeto y se hace imposible hacerlo avanzar con facilidad.
Imaginemos un caso práctico que se nos puede presentar en cualquier playa: queremos arrastrar por la arena seca una nevera cargada de bebidas y comida para toda la familia, desde el coche y hasta la sombrilla. A los pocos metros la nevera parecerá pesar el doble. El esfuerzo es mayor cuanta más arena se amontona, hasta que debemos parar, limpiar el camino y retomar la marcha para que vuelva a acumularse arena... y así seguir.
Pero imaginemos lo difícil que habría sido arrastrar no ya una nevera de 10 o 15 kilos, sino una mole de piedra de varias toneladas.
Los expertos en física de la Fundación para la Investigación Fundamental sobre la Materia (FOM) y de la Universidad de Amsterdam acaban de concluir que aquellos egipcios usaban un truco simple y efectivo para facilitar el paso de pesados trineos de madera cargados con piedras: humedecer la arena por la que se deslizaban.
Si alguna vez jugaste en la playa con un cubo y una pala, y levantaste un castillo de arena junto al mar, sabes que para que los muros se mantengan firmes y no se desmoronen al instante, el secreto está en la proporción de agua que incluyas en la mezcla con la arena.
Si humedeces poco la arena, esta quedará suelta y no será firme, pero si agregas demasiado agua entonces la mezcla será muy líquida y no conseguirás que los muros se mantengan en pie.
Los antiguos egipcios conocían esa proporción, e iban humedeciendo la arena frente al camino de esos trineos de madera donde colocaban los bloques de piedra. La arena resultante era entonces firme para soportar el peso del trineo sin que se hundiera ni provocara esa acumulación de arena suelta. Y por otro lado, también se generaba una superficie que podría alisarse fácilmente para que el deslizamiento necesitara mucho menos esfuerzo.
Si bien ya tenemos mas datos de cómo se construyeron las magníficas Pirámides de Egipto, aún quedan muchos enigmas por resolver. Parte del gran atractivo que ejercen estas construcciones, está en esos misterios que guardan entre sus piedras y en su interior. Tal vez, para mantener la magia del lugar, no sería del todo deseable que llegáramos a conocer todos sus secretos, ¿verdad?
Foto | Abel Jorge y Darren Krape En Diario del Viajero | Las pirámides de Giza en 3D